Las redes sociales han vivido una gran transformación durante la última década. Sin embargo, ¡muchos siguen midiendo su impacto igual que en 2011! En nuestras campañas de marketing educativo buscamos un engagement real, más difícil de lograr y de calcular, ¡pero con resultados palpables!
¿Quieres saber a qué nos referimos! Te lo contamos en este post.
Una década de redes sociales y estrategias de social media
Las tendencias siguen siendo claras: cada vez invertimos más en estrategias de social media. Al mismo tiempo, ha habido un alejamiento de las redes sociales o, al menos, la conexión personal que podía existir cuando arrancaban Facebook o Twitter.
Uno de los motivos es la saturación, ya que recibimos tantos estímulos de tantas marcas diferentes que es más difícil prestar atención y generar un vínculo. Esto lo explica también el propio ciclo de vida de las redes, con una madurez que ha traído modelos de rentabilidad de las grandes plataformas que implican la necesidad de acabar pagando para ganar visibilidad.
Se ha perdido en buena medida la idea de comunidad que traían las primeras experiencias de social media (MySpace, Fotolog, etc.) y que terminó de cristalizar en Facebook. Mandan unos algoritmos que cambian cada poco tiempo y, sobre todo, los ads, sustentos de estas compañías.
Los últimos años han mostrado un agotamiento del modelo: los usuarios se han desvinculado de las marcas en RR.SS. porque han dejado de confiar en lo que se les ofrece, pero también por falta de un contenido que piense de verdad en ellos. A todo esto, las agencias sumamos la dificultad de medir resultados y actuar.
¿Ha habido un cambio en las redes sociales con la pandemia?
Quizá la pregunta más correcta sería: ¿se ha cumplido un ciclo de vida de algunas RR.SS. y se inician otros? Esto no es nuevo, ya que nunca han dejado de aparecer plataformas, pero la forma de interactuar con redes como Tik Tok o Twitch es distinta y nos muestra cómo quiere el público hacerlo en el resto.
Nos referimos a que se busca una mayor acción: los usuarios quieren ser activos en social media, formar parte de un grupo e identificarse con él. En el fondo, ¡es volver al inicio! Regresa esa idea de comunidad que se ha desvirtuado tanto.
Este comportamiento de pertenencia, propio de redes sociales y estrategias que están funcionando, no puede medirse por likes ni retweets. Y es que no podemos seguir midiendo el impacto de las marcas en social media como se hacía hace 10 años, ¡porque entonces tampoco era real!
Hacia un engagement real que mida las campañas de marketing educativo
Por lo general, cuando hablamos de métricas y KPIs de social media, se acaba hablando de engagement. Sin embargo, esto suele reflejar únicamente las interacciones vacías de las que hablábamos antes. La clave está en generar un engagement real: esa comunidad de experiencias compartidas en la que la conversación es bidireccional.
El engagement puede explicarse como la captura de la atención de un individuo para que realice una acción. Pero, ¿representa algún tipo de relación verdadera con tu marca? Esta métrica medida así puede parecer excelente, pero no implica la creación de un verdadero vínculo.
Este es el verdadero objetivo que debemos buscar en las campañas de marketing: la creación de relaciones con los seguidores y un sentimiento de pertenencia a la comunidad. Esa identificación es la que, a la larga, generará los resultados que cualquier esfuerzo de comunicación o publicidad busca.
Esta estrategia de social media necesita más trabajo y esfuerzo que la búsqueda del like. Y todo empieza por algo básico que a veces olvidamos: ¿a quién nos dirigimos en realidad? Antes de lanzar publicaciones sin sentido, hay que tener muy claro cuál es el público al que se quiere alcanzar.
Cuando se tiene ya la audiencia objetivo bien señalada, el siguiente paso es preguntarse: ¿qué contenido es relevante para estas personas? ¿Qué buscan en mi marca y qué les puedo ofrecer? Es decir: aportar información de valor que genere interés, interacción, confianza, conversación y acción.
Este es el camino para construir una comunidad activa con un engagement real: no importará tanto el número de likes ni de seguidores, sino la calidad de las relaciones que se establecen y la conexión emocional.
En las estrategias de marketing educativo esto resulta especialmente importante: ¡los centros de formación son un ejemplo perfecto de comunidad!
Esto es lo que debe trasladarse a las redes sociales y lo que buscarán los alumnos y sus familias, pero no solo los que ya son parte de este grupo, sino los que estén planteándose matricularse y «entrar en la comunidad física». Sin ese engagement real, ¡será complicado que lleguen por la vía del social media!
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